"Mi nombre es Mercedes Ramacieri, tengo 17 años, curso 6to F 'Naturales' y desde 3ro que participo de las misiones porque me llenan el alma. Una de ellas (que me encantó) fue el Proyecto de Inclusión de Personas con Discapacidad, del que participé en el año 2011. Fue la primera vez que se realizaba y esto abrió miles de caminos para que la Pastoral se haga presente en el colegio con experiencias únicas para la inclusión social.
Cuando nos invitaron a integrar este proyecto no dudé en participar porque me hizo recordar a mi primita que tiene Síndrome de Down, y soy consciente de que a veces la sociedad juzga a las personas por su aspecto o por sus discapacidades y no se dan cuenta de que son personas iguales a nosotros, con personalidades únicas y con una humildad inigualable.
En este proyecto se nos dio varias capacitaciones para pensar en lo que íbamos a enfrentar y saber cómo actuar con las personas con las que íbamos a interactuar. En el mes de julio de ese año participé de los Juegos por la Inclusión en la Universidad Nacional de la Matanza, en donde jugamos, nos pusimos en el lugar de las personas con discapacidades, y nos dimos cuenta de que siempre se pueden romper barreras para que todos disfruten de un juego, que parece tan simple pero que es una buena forma de inclusión. En noviembre asistimos al Torneo de Olimpíadas Especiales, en el que fue re lindo acompañar a los atletas con capacidades diferentes, y ver que todo es posible para ellos. Ese día me dejó una enseñanza: más allá de que no puedan realizar todos los deportes, ellos se esmeran para llegar a la meta, y me alegraba mucho ver sus sonrisas con tan sólo haber podido participar.
En el mes de octubre fui con un grupo reducido a participar en el Taller de Radio de la Fundación AJA y después estuvimos en vivo en la radio que ellos mismos producen. Pude ver cómo se organizaban para hablar, estimulaban su memoria y cómo llevaban adelante un tema de charla para que los oyentes escuchen que ellos tienen las mismas vidas que nosotros y que día a día van creciendo. También fuimos dos veces al Taller de Día de la Fundación CREI para pasar una tarde con ellos y cocinar muffins. Pude hablar con varias personas, que me hacían sentir muy cómoda y, sin darme cuenta, ellos me incluían a mí en su vida cotidiana. Fueron muy dulces con nosotros y nos agradecían inmensamente por escucharlos, por no juzgarlos y por compartir nuestro tiempo con ellos.
Todas estas experiencias las llevo en mi corazón porque conocí personas muy buenas y sencillas que tienen una discapacidad pero miles de capacidades.
Personas que nos enseñan a no hacernos problema por las cosas pequeñas, sino que siempre hay que superar lo que nos toca en la vida y creo que si todos imitáramos un poco su amor podríamos ser mejores personas.
Por eso no hay que dejar de lado estas oportunidades que nos da el colegio, porque nos hacen crecer y conocer más de la sociedad en que vivimos".
Para leer más sobre el Programa de Inclusión de Personas con Discapacidad (PIPeDi):
- Nota de cuando por primera vez implementamos el PIPeDi en 2011.
- Nota de cuando el PIPeDi se declaró de Interés Cultural Nacional.
- Nota de cuando por primera vez implementamos el PIPeDi en 2011.
- Nota de cuando el PIPeDi se declaró de Interés Cultural Nacional.
